Ahmes, the moon touch


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Historia

Los suyos fueron orígenes humildes, hijo de comerciantes nómadas que recorrían hábilmente el desierto vendiendo sus productos. El menor de cinco hermanos, todos ellos de tez canela, ojos pardos y pelo oscuro. Todos salvo él, el extraño, el raro, el blanco, el maldito. Quienes lo conocían, sabían que lo único extravagante que tenía eran sus rasgos físicos, nada más... Era un niño calmado, obediente y amable. Pero eso no importaba. El toque que recibió al nacer por parte de Iah y Jonsu lo había sentenciado desde niño a una vida complicada, marcada por la superstición y la falsa creencia de que el cabello blanco era seña de maldad, de mala suerte, de demonios se hablaba. Y poco o nada ayudaba el hecho de que viese a los espíritus sin descanso que poblaban el desierto, que los escuchase e incluso hablase, que atrajese en ocasiones fenómenos extraños derivados de esa habilidad suya: la de hablar con los muertos.

Sus padres sabían que no tendría una vida fácil, y entre su caravana itinerante ya se hablaba sobre temas que nadie debía siquiera pensar en hacerle a un niño, así que le abandonaron a la puerta de un templo. El chiquillo dormía, no supo lo que ocurrió hasta que se despertó en un lugar extraño, rodeado de sacerdotes que murmuraban a sus espaldas. Habían dejado con él una tablilla en la que se explicaban sus circunstancias, para asegurarse de que los sacerdotes conociesen la naturaleza divina de su Don. Le cuidaron bien, pero él no cesó de llorar hasta pasados varios años, y aún en aquel entonces se dormía agotado, deseando ser un niño corriente y poder regresar junto a sus hermanos y sus padres. Pero ese deseo jamás se cumplió.

Con el paso de los años y el entrenamiento, Ahmes desarrolló otras habilidades más allá del contacto con los muertos, entre ellas destacó su habilidad en la medicina, especialmente en la elaboración de medicamentos. Eso le hizo ganarse un poco de cariño entre la gente de a pie, pero también mucha gente rechazaba ser tratada por él a causa de su apariencia. También era capaz de provocar enfermedades, pero era un talento del que nunca hablaba por temor a volver a ser señalado, o a dar más motivos para odiar a quienes ya le odiaban de por si. Trabajó en el templo que le crió durante una década, pasado ese tiempo decidió que necesitaba un cambio de aires y partió en solitario en un viaje que terminó, como siempre, en soledad. Se asentó en un pequeño pueblo, lejos de las casas para no intimidar a la gente, y por otro lustro vivió allí, hasta que la aldea fue prácticamente arrasada por bandidos y le culparon por ello. Desde entonces no pasaba mucho tiempo en el mismo lugar, un par de semanas a lo sumo; su periplo terminó cuando visitó al Gran Oráculo, una mujer que le otorgó cobijo y conocimientos, en definitiva una vida que merecía ser vivida como miembro de sus Catorce Sacerdotes Guerreros de Ahamkara Nefermaat.

personalidad

No se le conoce precisamente por su don de palabra ni por la larga lista de amistades que tiene detrás, al contrario, siempre destaca por su actitud callada y tímida, reservada y analítica. No le gusta hablar ni actuar sin pensar, lo que hace de él alguien muy fiable pero también muy lento a la hora de tomar decisiones. Inseguro casi por naturaleza, no le gusta destacar ni dar problemas, prefiere mantener un perfil bajo y tener algo de libertad. Con sus amigos y compañeros es leal y protector, en tales circunstancias vence el miedo al fracaso y se muestra tal como es: un hombre honorable y justo, amigo de sus amigos y un infierno para sus enemigos. Es el claro ejemplo del dicho «la procesión va por dentro», siempre estará bien, nunca le pasará nada hasta que no haya forma de esconderlo. Como los gatos no muestra su dolor, no deja a nadie verlo sangrar. No se trata de orgullo, se trata de protección.

historia (yugioh)

Haku es el único hijo de la familia Tsukiko, cuya tradición de abogados y jueces lleva extendiéndose varias generaciones. Era lo que se esperaba de él, sin embargo su vocación era muy distinta: a él le interesaba sanar. Desde muy pequeño su sueño era convertirse en médico, un impulso irreprimible que no sabía explicar. Simplemente era así. Ni siquiera las presiones de miembros importantes de su familia ni las promesas de importantes contratos con gobiernos o empresas como Kaiba Corp consiguieron hacerle cambiar de opinión, al final se vieron obligados a ceder a sus deseos y permitir que, por primera vez en muchas generaciones, un Tsukiko se saliese de la carrera judicial. Terminó la secundaria con buenas notas e ingresó en la universidad de medicina, aunque la carrera era dura a su deseo lo acompañaban dos cualidades más: la perseverancia y una buena capacidad de estudio. Durante ese tiempo descubrió también el Duelo de Monstruos, un juego que se había vuelto muy popular cuando entró en la universidad. Le gustaba más observarlo que jugar, pero aún así poseía una baraja propia... Una vez más se trataba de ese impulso irracional, sentía un vínculo con aquellas cartas que no podía explicar. Pero no dejó que le apartase de su verdadero sueño, Haku estaba seguro de conseguir su propósito, pero el día de su veintiún cumpleaños todo cambió repentinamente. En la celebración de dicho día, entre otras cosas, visitaron el museo de la Ciudad Domino aprovechando una exposición del antiguo Egipto; Haku sabía que la medicina egipcia estaba muy avanzada para su época, así que estaba realmente emocionado de poder ver con sus propios ojos los manuscritos que esta civilización dejó, sus instrumentos... Pero allí encontró mucho más, encontró una identidad perdida y un Don que había estado dormido.

Las voces de los muertos regresaron con su verdadero nombre, Ahmes, el Oráculo de los Muertos del antiguo Egipto y uno de los Catorce Sacerdotes Guerreros de Ahamkara, Gran Esposa Real del faraón Atem y Oráculo de Egipto. Aunque no abandonó su carrera de medicina esta se vio claramente afectada por la necesidad de encontrar a su señora, ahora que sabía quién era él y quién era ella necesitaba encontrarla.

historia (genérica)

Casi todo permanece igual, a excepción de nombres como Kaiba Corp que serían sustituidos por cualquier empresa o corporación exitosa.

personalidad

En construcción.

relaciones

Ahamkara

Salvadora, maestra y amiga, los dioses cruzaron sus caminos para encontrar el uno en el otro un compañero fiel, un amigo leal, una maestra y su alumno, un sacerdote y su señora. Sencillamente, el destino. Ahmes le guarda un profundo cariño y respeto que trasciende los títulos de esta mujer, no solo por la ayuda que le brindó sino porque cada día le ha demostrado ser una persona digna de ser reverenciada por quién es, no por lo que se espera de ella.

credit to: @iDawnOfDestiny